El lago de Garda: un oasis entre historia, naturaleza y cultura
El lago de Garda debe su encanto a un clima extraordinariamente suave. Gracias a un delicado equilibrio de vientos y corrientes, en sus orillas crece el olivo, un cultivo típicamente mediterráneo que no se encuentra en el valle del Po. Este entorno único hace del lago el destino perfecto para un día de relax y descubrimiento.
Lacus Benacus: el antiguo nombre del lago de Garda
Los antiguos romanos lo llamaban Lacus Benacus, y este nombre aún sobrevive hoy en lugares como Torri del Benaco. El nombre actual, sin embargo, se remonta a la Edad Media, cuando la ciudad de Garda se convirtió en un rico centro comercial y asumió un papel destacado entre los pueblos de la riviera.
Hoy en día, Garda es una animada localidad turística con vistas a la orilla veneciana, conocida como la Riviera degli Ulivi, precisamente por el singular cultivo que se practica en ella. Entre las localidades más características encontramos: Peschiera, Lazise, Bardolino, Garda, Torri del Benaco, Brenzone y Malcesine.
Malcesine
Situado en la parte norte del lago, casi en la frontera entre el Véneto y el Trentino, Malcesine se extiende alrededor de su imponente Rocca Scaligera, donde fue encarcelado Goethe, confundido con un espía mientras dibujaba un boceto del castillo.
Aquí el lago se va estrechando cada vez más, y la localidad alberga el Museo de Historia Natural del Garda y del Monte Baldo, con importantes hallazgos geológicos, paleontológicos, botánicos y arqueológicos.
A pocos kilómetros al sur, en la aldea de Castelletto di Brenzone, se pueden admirar las ruinas de una antigua casa solariega y la sugerente iglesia románica de San Zeno, con frescos del siglo XV.
Torri del Benaco
Agrupada en torno a su pintoresco puerto deportivo, Torri del Benaco es un destino turístico de renombre. Su nombre deriva del antiguo «Castrum Turrium», fundado por los romanos.
Aquí se encuentra un fascinante castillo scaligero del siglo XIV, mientras que más al sur, a lo largo de la Riviera degli Ulivi, se encuentra Garda, con vistas a una espléndida ensenada al pie del monte Baldo.
En la Edad Media, Garda se convirtió en el principal centro del distrito benacense, hasta el punto de dar su nombre a todo el lago.
Garda
Hoy en día, Garda es uno de los destinos más populares del lago. Su paseo marítimo arbolado conserva el encanto del pasado y conduce al antiguo pueblo, marcado por la Torre del Reloj.
Entre sus edificios históricos destacan:
- Palacio Fregoso (siglo XVI)
- Palacio del Capitán
- La Losa (antiguo muelle)
- Palazzo Carlotti
No muy lejos, San Vigilio es uno de los lugares más sugerentes de la Riviera Veneta Gardesana. Aquí, una familia noble hizo construir en el siglo XVI una villa destinada a la meditación y al ocio literario. El romántico puerto deportivo es accesible tanto a pie como en barco.
Bardolino
Con orígenes prehistóricos, Bardoldu ha pasado de ser un pequeño pueblo de pescadores a un nombre conocido en todo el mundo, gracias a su vino Bardolino DOC, que ha traído prosperidad a sus habitantes.
Además de la tradición vinícola, Bardolino cuenta con importantes testimonios histórico-artísticos, entre los que se encuentran:
- La iglesia de San Zenón (época carolingia)
- La iglesia de San Severo, con frescos románicos del siglo XII
A pocos kilómetros de distancia, se encuentra la ermita de los Camaldulenses, una construcción del siglo XVII que atestigua la profunda espiritualidad de estos lugares.
Lazise
Lazise cuenta con un récord histórico: fue la primera ciudad libre de Italia en 983. Hoy en día es un pintoresco pueblo que se extiende alrededor de la Piazza del Porticciolo, dominada por una imponente Rocca Scaligera.
Paseando a lo largo del lago, se puede disfrutar de una espléndida vista de Sirmione. No te lo pierdas:
- La iglesia de San Nicolò, con frescos del siglo XIV
- La Dogana Veneta, construida en el siglo XVI con un gran puerto con vistas al lago
Peschiera del Garda
Peschiera del Garda fue un importante baluarte del Cuadrilátero Austriaco, gracias a su posición estratégica para controlar la navegación entre el lago y el río Mincio, emisario del lago de Garda.
Sus orígenes se remontan a la prehistoria, cuando estaba habitada por poblaciones palafitícolas. Hoy en cambio, es un punto de referencia para el turismo gracias a sus imponentes fortificaciones y a su animado ambiente.
Sirmione
Situada en la orilla sur del lago, Sirmione se extiende sobre una estrecha península de más de 3 km de longitud. Esta encantadora localidad conserva numerosos tesoros históricos:
- La Rocca Scaligera, perfectamente conservada
- Las grutas de Catullo, restos de una antigua villa romana, accesibles a pie o en un tren turístico
Consejo: visita Sirmione entre semana para evitar las aglomeraciones del fin de semana.
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